En 1985, Ultimate Play The Game, la legendaria desarrolladora británica detrás de Knight Lore y Sabre Wulf, sorprendió a todos con un título que rompía con su estilo habitual: Imhotep, un shooter horizontal ambientado en el Antiguo Egipto. Pero más allá de su estética exótica, el juego se convirtió en una rareza por su diseño, su dificultad… y su recepción.
El protagonista es Imhotep el Sabio, enviado por el faraón Zoser para detener una hambruna que asola el reino. Su misión: encontrar los libros sagrados conocidos como las Almas de Ra. Para ello, debe cruzar las tierras hostiles de los nómadas Jawi, enfrentarse a catapultas, enemigos voladores y obstáculos imposibles… todo mientras cabalga sobre un ave mística que dispara rayos de energía.

El juego se presenta como un shooter de scroll horizontal, similar a Defender, pero con un giro mitológico. El jugador debe esquivar rocas, gotas gigantes y proyectiles enemigos mientras dispara a los nómadas. Tras una sección aérea, Imhotep desciende a tierra y continúa a pie, enfrentando nuevos peligros en niveles de plataformas con escaleras, criaturas y objetos por recolectar.
Lo más sorprendente es que Imhotep fue desarrollado por Manuel Caballero, un joven español durante su año sabático en Reino Unido. El juego fue programado en diez meses, y aunque su ambición era notable, la ejecución técnica no convenció a todos.
La crítica fue dura. Zzap!64 lo calificó como “el peor juego publicado por Ultimate” y temía que dañara la reputación del estudio. Sin embargo, Your Commodore lo describió como “infuriatingly addictive” (una experiencia frustrante pero absorbente). Hoy, Imhotep es visto como un experimento valiente, una mezcla de historia, fantasía y arcade que no dejó indiferente a nadie.
Imhotep es uno de esos juegos que, aunque no brillaron en su momento, merecen ser revisitados por su originalidad y contexto. Un sabio volando sobre un ave sagrada para salvar Egipto… ¿cómo no rendirse ante esa premisa?