Recuerdo cuando trajeron el Bosconian a "la bolera del Goyo" ( el salón recreativo situado antaño en el centro del pueblo hoy desaparecido).
Goyo tenía un papel que le trajeron con la máquina dónde decía que tenía voces digitalizadas.
Recuerdo que la enchufó, esperamos que arrancara… De fondo se escuchaba aquella habitual cacofonía de máquinas sonando. Nosotros en silencio. Nada. No sonaba nada. Goyo nos miró, sacó una llave y abrió la máquina, empezó a trastear y de repente… Sonó.
Jugamos una partida, la cancha que metía silenciaba el resto de los ruidos. La voz se oía pero no la entendíamos.
Flipamos un rato, justo hasta el momento en que Goyo se cansó, volvió a trastear y bajo el volumen de tal forma que nunca volvimos a oír las voces digitalizadas… Estábamos en 1983